lunes, 13 de diciembre de 2010

Y Martin Hucbert

Garcilaso de la Vega y el amante, Cayetano Delaura


“El ‘lírico poetizar’ es el lenguaje del alma (…)”[1]

Se considera, partiendo de los comentarios que aporta Emil Staiger en su poética, que la poesía lírica nace del alma, que las sensaciones, desbordadas en ella, obtienen forma y se expresan en los versos. El estado anímico del “yo lírico” se hace notorio en su producción literaria; sus amores, sus desamores, los destierros, los sufrimientos y las alegrías son el cúmulo de factores que estructuran su obra, la cual, al tener gran trascendencia en el mundo de las letras, llega a épocas posteriores para servir como la voz de aquel que, al leer o declamar algunas líneas, establece un vínculo anímico con el autor de estas, y se encuentra en el “unísono de dos almas”: la del poeta y la suya (la de lector).

Cayetano Delaura, personaje ficticio de la novela “Del amor y otros demonios” de Gabriel García Márquez, expresa el amor que siente hacia Sierva María de todos los Ángeles, a través de Garcilaso de la Vega, poeta español, pero ¿por qué utiliza este medio? ¿Por qué en varias ocasiones declama versos de los sonetos del literato renacentista? Estas son algunas de las cuestiones que se puede plantear el lector de la historia, cuando observa el medio tan ingenioso y complejo, por medio del cual, aquel hambre hace comentarios, acerca del amor y las situaciones que se viven, a su amor idealizado, y que se pretenden solucionar en este texto.

Cayetano Delaura se puede ubicar en unas circunstancias: la de un hombre enamorado, pero a la vez desesperado por la atracción que siente hacia una infanta, por lo cual  se atormenta, se aísla y se flagela, y quien necesita desahogar todo lo que contiene en su interior: aquello que siente cuando está al lado de su amado, los momentos que viven juntos, sus sensaciones, por ello, encuentra un medio de expresión, un lírico del “Siglo de Oro” que, tal vez, estuvo rodeado de un régimen inquisitorial que prohibía todo, y que también vivió un gran duelo en su corazón: el amor imposible; este personaje, hombre de armas y plumas que escribió los versos que ahora son el medio de representación del sentimiento que se desborda en su alma, es por supuesto: Garcilaso de la Vega, con el cual, como se nombró anteriormente, se desarrolla un vínculo anímico, el unísono entre sus almas.

Ya que se menciona la producción literaria de Garcilaso de la Vega, es necesario considerar los factores o elementos presentes en la poesía renacentista. Por ello, es interesante resaltar la influencia del “Petrarquismos” en el siglo XVI, pues Garcilaso fue el mayor representante del movimiento en España. El amor, temática de gran importancia en este estilo, se entiende como un servicio (parecido al sistema feudal, donde el vasallo sirve al señor), que se presta sin esperar nada a cambio, ya que el deseo que se siente hacia la otra persona es irrealizable, el amor es imposible. “El amor produce como primer efecto un sentimiento gozoso. El poeta siente la necesidad de aislarse y encerrarse en sí mismo. (…) Sin embargo siente el impulso de expresar sus sentimientos mediante la poesía”[2]. Este comentario, extraído de un libro acerca de la poesía renacentista,  resalta el sentimiento amoroso del Petrarquismo, pone en mayor evidencia la necesidad que tiene Delaura por enunciar su amor a través del los sentimientos sinceros, la introspección y el sufrimiento: la poesía es su refugio.

Al conocer estas características, se puede considerar mejor la intención de Cayetano Delaura al intentar pronunciar sus pasiones a través de los sonetos del poeta petrarquista. El amor que siente es quimérico, por su situación religiosa, la condición y estigmatización social, y los enfrentamientos que sufre entre el deseo amoroso y los dictados de la razón. Es por esto que Cayetano, como un vasallo, entrega su servicio a Sierva María sin interés, representando totalmente al ideal de amor petrarquista.

“En el estado lírico no hay propiamente intencionalidad, pues en el estamos bañados, inmersos, inundados; es un arrullos del alma”[3]. Emil Staiger, por medio de este comentario, permite que se desarrolle otra hipótesis acerca del porqué Cayetano Delaura expresa su amor a través de la literatura: la poesía lírica es el lenguaje del alma, de los sentimientos, es natural que aquel hombre enamorado, cuando está al lado de María Mandinga, como la nombraban los esclavos, hable de sus estremecimientos por medio del verso: “Pos vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos me muero”[4], es normal que su corazón hable solo, que divulgue lo que en él está reunido.

“(…) la poesía lírica se nos revela como un arte solitario, un arte solitario, un arte que únicamente se percibe entre dos almas armonizadas en idéntica soledad”[5]. Si se tiene en cuenta el unísono de las almas que debe existir para que la poesía se pueda apreciar y valorar verdaderamente, la mención citada del alemán Staiger sirve de apoyo, La vida de un poeta-militar que sufrió grandes desilusiones en su vida, como el amor inverosímil hacia Isabel Freyre, lo asemeja al personaje irreal que creó García Márquez. La poesía escrita por el uno, sirve como medio ejemplar para simbolizar el sufrimiento del otro, en Garcilaso y Cayetano encontramos dos almas armonizadas; por otra parte, si se mencionan las ocasiones en que Sierva María y Delaura declaman versos de Garcilaso, se puede valorar que en estos momentos la conmoción y la pasión son muy fuertes; las únicas palabras que mencionan para hacer realidad su amor son las que componen los versos del soneto:
“Repite conmigo, le dijo: ‘En fin a vuestras manos he venido’. Ella obedeció. ‘Do sé que he de morir’, prosiguió él, mientras le abría el corpiño con sus dedos. Ella lo repitió casi sin voz, temblando de miedo: ‘Para que sólo en mí fuese probado cuánto corta una espada en un rendido’. Entonces la besó en los labio por primera vez”[6].

En conclusión, se puede decir que Cayetano Delaura, aquel personaje que persigue un ideal, desahoga su almo, todo lo que en ella se acumula, como lo hará un poeta petrarquista: a través de la poesía, la cual es su único refugio y saciedad, ante el amor improbable.













Bibliografía

GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. “Del amor y otros demonios”. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006.

ROA SÁNCHEZ, Milagros. “Poesía Renacentista –Garcilaso y Fray Luis-”. Madrid: Clásicos Literarios, 1996.

STAIGER, Emil. “Conceptos fundamentales de poética”. Madrid: Ediciones Rialp S.A., 1996.


[1] STAIGER, 66: 95.
[2] ROA SÁNCHEZ, 96: 19-20.
[3] STAIGER, 66: 14.
[4] GARCÍA MÁRQUEZ, OO6: 119.
[5] STAIGER, 66: 66.
[6] GARCÍA MÁRQUEZ, 006: 171.



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