lunes, 13 de diciembre de 2010

De cómo Martin se APROXIMA a un análisis

Gustavo Adolfo Bécquer / Rima LXXV: El infierno y la noche


Si los poetas malditos como Blake y Novalis  y sus conceptos trascienden y se representan en otras expresiones poéticas, por lo menos, la rima LXXV de Gustavo Adolfo Bécquer es una muestra de ello; por lo cual, en este texto se pretende mostrar algunos rasgos del malditismo, por ejemplo el concepto infernal y de la noche de los poetas malditos nombrados anteriormente, que se presentan en la  poesía del español.

Primero, es necesario recalcar que para William Blake existe la idea de que el bien y el mal, el cielo y el averno respectivamente, se encuentran en mutua relación, establecen una dependencia para que haya armonidad en la existencia del ser. Yo no sé si ese mundo de visiones/ vive fuera o va dentro de nosotros (…).  Este fragmento de la última estrofa de la rima demuestra que para el “yo lírico” existe la duda de si las alucinaciones que tiene, y se nombran en las estrofas anteriores del poema, y que a su vez se relacionan con la noción “nocturna” manejada por Novalis, son parte de la realidad o expresión de su espíritu. Es necesario recordar que para Blake la creencia de que el cuerpo es distinto del alma es falsa, por ello la dualidad mencionada se puede confrontar con este ideal; además, dentro de la idea de infierno, se considera a la imaginación como la visión divina, no del hombre natural, sino espiritual.

El infierno como género literario es un método natural donde intervine la alucinación[1]. Esta mención de Blake, demuestra la noción de que el infierno, ese estado del alma, se desarrolla tras la alucinación; el “yo poético” de la rima estudiada cuestiona si esas sensaciones que vive son parte de la realidad o del estado infernal del esencia, cuando siente que esta, a partir del sueño, ideal nocturno, se desdobla y vive otras experiencias sobrenaturales. ¿Y ríe y llora y aborrece y ama y guarda un rastro del dolor y el gozo (…). Estos versos de la cuarta estrofa representan la relación que existe entre algunos sentimientos presentes en el alma. He aquí la necesidad que tienen  unos elementos de otros, y la unidad inseparable como la del bien-mal que  trata William Blake.

El otro aspecto a estudiar es la relación del concepto de la noche, característico de Novalis, con esta rima. (…) la imaginación es semejante al sueño, que se complace en la noche, en la ausencia de significación, en la soledad[2]. Esta cita, se refiere a la concepción que tiene el poeta alemán acerca de la noche; la oscuridad es un medio para llegar a la sabiduría, es un estado del alma por medio del cual los sentidos y la imaginación perciben todo a su alrededor de mejor manera. A partir de esto, es evidente que los rasgos malditos, en cuanto a Novalis, están presentes en las primeras estrofas de la rima LXXV: ¿Será verdad que cuando toca el sueño/ con sus dedos de rosa nuestros ojos, / de la cárcel que habita huye el espíritu/ en vuelo presuroso?/ (…) ¿Y allí desnudo de la humana forma, / allí los lazos terrenales rotos, / breves horas habita de la idea/ el mundo silencioso? En estos versos, se encuentra al “yo poético” que, por su estado anímico, siente como su alma se desdobla, sale de “la cárcel del cuerpo”, y vive experiencias que el estado ordinario no puede percibir. La noche es un escenario donde se descubren apariciones y reflexiones fuera de lo común, que pueden ser vividas solo por el espíritu.





[1] CARVAJAL, Alfonso. “Los poetas malditos, un ensayo libre de culpa”. Bogotá: Editorial Panamericana, 2002, p. 35
[2] CARVAJAL, Alfonso. Op., Cit. p. 40


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